Este es un paso importante, aunque en Fuerza Joven no se hable mucho de ello. Para entender su importancia, en primer lugar debemos comprender qué es el diezmo y qué representan las ofrendas.
Primero, ni el diezmo ni las ofrendas son sólo dinero, ¿ah no? Representan mucho más que eso. La iglesia no es un banco, no vamos a dejar nuestro dinero sino a buscar a Dios. Dar el diezmo (que son los PRIMEROS 10% de nuestros ingresos) significa poner a Dios como el primero en mi vida. Significa reconocer que sin Él no hubiera podido trabajar para obtener el dinero, que coloco en sus manos la administración de mis finanzas y que confío en que su bendición vale más que el 10% que dejo en el altar. El Señor, por su parte, nos promete que multiplicaría lo restante y que reprendería todo el mal de nuestra economía.
¿Alguna vez has sentido que tu dinero se esfuma entre tus dedos en cuanto lo tocas? Eso sucede por no ser diezmista. Además, el propio Dios nos pide que le hagamos una prueba con este tema. Si has participado un tiempo en FJ y aún no lo eres, has una prueba, comienza a dar tu diezmo y verás cómo las puertas económicas se abren. Yo lo he visto en mi propia vida, los chic@s de la iglesia me cuentan cómo les llegan becas, reciben dinero de sus padres, en fin, aún lo que no trabajan son bendecidos.
Las ofrendas representan nuestro amor y fidelidad para Dios. ¿Te gustaría tener un novi@ que nunca se preocupara por darte nada? No me refiero a un regalo de cumpleaños o de San Valentín, sino a algo que haga por ti simplemente porque te ama. La ofrenda es algo parecido, es algo que hacemos para Dios con amor, además cuando le prometemos algo, demostramos si realmente somos fieles o no. Nuevamente el ejemplo del novi@, ¿te gustaría tener un novi@ infiel? Uno que te diga: "Mira, de lunes a sábado soy sólo tuyo, pero el domingo es mi día libre". Ni a ti, ni a nadie, debemos ser cuidadosos en lo que prometemos a Dios, pues la fidelidad es parte del carácter de un verdadero cristiano.
Y, ¿qué tiene que ver esto con la salvación? Dice en la Biblia que quien no diezma está robando a Dios. Entonces, si robamos, somos infieles, no hacemos nada por amor y no ponemos a Dios en primer lugar, ¿podremos ser salvos?
Es mucho más que dinero. El dinero va y viene, la salvación es eterna.
Falta poco, dos pasos más.
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